En la Antártida los animales son su principal espectáculo. Aunque no hay especies vertebradas terrestres que habiten el continente, en las aguas adyacentes abunda la vida animal y una rica fauna marina que le sirve de alimento. Es frecuente ver ballenas, focas, todo tipo de aves y por supuesto pingüinos. Muchas especies ocupan la zona costera durante el verano, allí donde el mar se descubre de hielo, establecen colonias y migran cuando empieza el invierno.
¿Te gustaría visitarlas? Entra aquí para conocer todos los viajes por Antártida.
Contenido
Flora y fauna en la Antártida
La flora en la Antártida está principalmente compuesta por líquenes, musgos y algas, que se encuentran en pequeñas áreas sin hielo. Hay unas pocas especies.
Muy distinto es el caso de la fauna. En la Antártida las colonias de animales son tan numerosas que forman una gigantesca mancha oscura sobre el manto blanco. Se huelen desde el bote; un olor fuerte: el aire es invadido por los desechos de tantos, y no faltan ejemplares muertos sobre el hielo antártico. Pero el espectáculo de pisar una de estas islas es una experiencia que supera todo. Caminar por tierra firme. Estar a un brazo de distancia. Seguir sus pasos. Apreciar sus comportamientos, la torpeza con que se mueven en la superficie y la agilidad con que se deslizan sobre el vientre y nadan.
¿Cuál es la fauna de la Antártida que se puede visitar?
La vida en la Antártida es el eje sobre el que confluye la aventura. Entra aquí para conocer las expediciones en Antártida. Éstos son los principales sitios donde la fauna deslumbra:
Bahía Paraíso
Queda en una región de canales angostos, islas montañosas y bahías protegidas. Bahía Paraíso, como lo indica su nombre, atrae por la belleza de su paisaje y la pureza de sus aguas. Numerosas ballenas llegan en busca de alimento.
Puerto Lockroy
En la bahía hay abundantes restos de huesos de ballena y una importante colonia de pingüinos papúa. También verás cangrejeras y grupos de focas de weddell. Puedes encontrarte con la foca leopardo, un feroz depredador de costumbres poco conocidas; el aspecto se asemeja al de un reptil prehistórico.
En puerto Lockroy hay una antigua base ballenera británica. Las provisiones, los muebles y los utensilios cotidianos, permanecen como los dejaron en 1954.
Hannah Point
Antes de Puerto Lockroy, en isla Livingstone, está Hannah Point, una preciosa bahía en la que hallarás gigantescas colonias de pingüinos papúa y barbijo, y familias de elefantes marinos. Éstos mueven con extrema lentitud las gigantescas moles de grasa que son sus cuerpos. Llegan a pesar 3.700 kilos y son las focas más grandes que existen. La quietud de estos colosos contrasta con el ajetreado ir y venir de los pingüinos, que corren de un lado a otro como adultos bien vestidos y con prisa.
Antártida pingüinos
Los pingüinos conviven en colonias de miles o cientos de miles de ejemplares. Son la gran atracción de los viajes por Antártida. Con cualquier crucero podrás ver pingüinos Papúa, Barbijo y Adelaida.
El único representante de la fauna que pasa aquí el invierno es el mayor de los pingüinos, el pingüino emperador, cuyos machos se quedan incubando el huevo puesto por la hembra, que vuelve al océano.
Antártida pingüino emperador
Habitan el mar de Ross y el mar de Weddell. Parecen usar un collar amarillo entre la cabeza negra y el vientre blanco. Se juntan en colonias que van de los 5.000 a los 10.000 miembros. Durante el invierno forman un círculo compacto y dejan a los pichones en el centro, que es donde mejor se conserva el calor.
Pingüino Rey
Podrás verlos en las Islas Malvinas o en las Islas Georgias del Sur. Son negros con vientre blanco y tienen un pico anaranjado. Durante la temporada reproductiva arman colonias que superan los 200.000 ejemplares. Nadan como auténticos buzos, y en tierra caminan o se deslizan sobre sus vientres como por un tobogán.
Pingüino Macaroni
Se asientan en la Península Antártica, la isla Bouvet, las Islas Malvinas y las Islas Georgias del Sur. El pico colorado se continúa con dos crestas anaranjadas que trepan a los costados de la cabeza. Forman colonias inmensas, los machos disputan hembras y territorio, traban sus picos, y si quieren conservar la paz, lo esconden en el pecho como si así bajaran la espada.
Antártida ballenas
Una de las cosas más fascinantes de navegar por el océano Antártico es la de ver ballenas. La ballena azul es la criatura más grande de la Tierra, incluso supera en tamaño a la mayoría de los dinosaurios. Ronda los 30 metros de largo y pesa más de 100 toneladas. Pasa el verano en la Antártida, alimentándose con krill.
Las ballenas jorobadas entonan un canto que viaja kilómetros por las profundidades del océano. Durante el verano se acercan al polo.
La ballena austral salta completamente fuera del agua, agita la cola en el aire, hace un espectáculo que parece a merced del turista.
La orca, también conocida como “ballena asesina”, pertenece en realidad a la familia del delfín. Pasa por los canales, esquiva los témpanos flotantes, salta a la superficie y se alimenta de focas y pingüinos.
¿Hay osos polares en la Antártida?
Los osos polares descienden del oso pardo europeo. Los trópicos terrestres impidieron su migración hacia el hemisferio sur, por lo que no se encuentran en la Antártida. Por el mismo motivo, los pingüinos se encuentran en suelo antártico y no viajan hacia el Polo Norte.
Más fauna en la Antártida
- Albatros gigantes
- Lobo marino de dos pelos
- Foca cangrejera
- Foca leopardo
- Foca de Weddell
- Foca de Ross
- Elefante marino
El diminuto krill es la joya oculta que vive en el Océano Antártico. La vida en la Antártida no sería posible sin él. Este crustáceo de 4 centímetros de largo es la base de la cadena ecológica y la fuente alimenticia de casi todas las demás especies: focas, ballenas, aves, pingüinos, etc.
La abundancia de krill y su posible explotación como fuente alimenticia para la humanidad ha sido un tema de frecuente controversia en la comunidad científica.
En todos los sentidos, la Antártida es un lugar donde lo razonable es pensar lo inimaginable. Se trata de un territorio extremo, cuya excepcional fauna e inusitada belleza invitan al silencio. Un mundo que despierta la añoranza y un irresistible impulso de volver, incluso antes de haberse ido.