Historia de la Antártida

Como en cualquier otro sitio, en Antártida la historia suscita versiones y contradicciones. Lo cierto es que ésta fue la última gran aventura de las exploraciones del globo. Es una historia épica que se extiende a lo largo de varios siglos, hasta los primeros avistamientos del continente en 1820.

Descubierto en primera instancia por cazadores de ballenas en busca de beneficios, posteriormente fue redescubierto por grandes exploradores como Ernest Shackleton, Douglas Mawson, Roald Amundsen y Robert Scott, entre otros.

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Origen de la Antártida

La historia de la Antártida podría remontarse al explorador español Gabriel de Castilla, que en 1603 llegó a los 64°S y avistó tierra en esas latitudes (se estima que alguna de las islas Shetland del Sur), de acuerdo con el testimonio de 1607 de un marinero holandés que había navegado con él, y una publicación también holandesa de 1622.

Pero según algunos historiadores, el holandés Dirck Gerritsz fue posiblemente el primero que vio superficie antártica, en 1599, al navegar al sur del Mar de Hoces (o Pasaje Drake), en el área de las Islas Shetland del Sur.

Mejor documentado es el descubrimiento de las Islas Georgias del Sur por parte del comerciante londinense Antony de la Roché. Su nave perdió el curso en una tormenta, y debió refugiarse en una de las bahías de la isla en abril de 1675.

El inglés James Cook fue quien cruzó la Antártida en 1772. Circunnavegó por mares subantárticos y antárticos, pero sin divisar tierras más allá del paralelo 60º Sur.

Sin embargo, la divulgación de la existencia concreta de este continente se efectuó a principios del siglo XIX, por parte de cazadores de focas y ballenas. Ya en el siglo XVIII, era frecuente que foqueros españoles y sudamericanos (procedentes de los territorios que hoy corresponden a Chile y Argentina) se allegasen a las Antillas del Sur y a las costas de la península Antártica. Testimonio de ello son las ruinas de pequeños refugios que construyeron. Permanecían el tiempo necesario para sus actividades de recolección y se marchaban antes del inicio del invierno polar.

Quiénes descubrieron la Antártida

Quien atravesó la Antártida al sur del paralelo 60° S fue el foquero inglés William Smith, a bordo del bergantín mercantil Williams. Navegaba a Valparaíso, pero  fue desviado de su ruta al sur del Cabo de Hornos, el 19 de febrero de 1819, y así avistó la extremidad nordestal de la Isla Livingston, punta Williams.

Algunos meses después, Smith regresó a explorar las demás islas del archipiélago de las Shetland del Sur. Descubrió la isla Desolación, cerca de punta Williams, y desembarcó en la Isla Rey Jorge, donde reclamó los nuevos territorios en nombre del Reino Unido.

Entre 1839 y 1843, el capitán James Clark Ross comandó una expedición británica al mando de los navíos Erebus y Terror. Ross cartografió una buena parte de la costa antártica. En 1841 descubrió el Mar de Ross, La Tierra Victoria y los volcanes Monte Erebus y Monte Terror. Posteriormente, la barrera de hielo conocida como Barrera de la Reina Victoria pasaría a llamarse Barrera de Ross en su honor.

En 1900, el Reino Unido volvió a enviar una expedición a la Antártida, bajo el mando del capitán Robert Falcon Scott. La expedición fue popularmente conocida por el nombre de su navío, el Discovery. Exploraron el Mar de Ross y la tierra de Eduardo VII, y alcanzaron el punto más meridional que ningún hombre había alcanzado hasta la fecha, cuando el 31 de diciembre de 1902 Scott, Ernest Shackleton y el doctor Edward Adrian Wilson alcanzaron la latitud 82º17′.

En 1907, Shackleton volvió a la Antártida al mando de su propia expedición, conocida como Expedición Nimrod. El objetivo principal de la expedición era la conquista del Polo Sur. Si bien este objetivo no fue cumplido (los expedicionarios llegaron a 180 kilómetros del Polo), tuvo otros logros como la realización de la primera ascensión al Monte Erebus, la localización del Polo Norte Magnético por Mawson, David y McKay, y los descubrimientos del Glaciar Beardmore y de la Meseta Antártica.

Conquista del Polo Sur

En 1910, dos expediciones más se dirigieron a la Antártida con el mismo objetivo: alcanzar el Polo Sur. Una era noruega y estaba comandada por Roald Amundsen, que años atrás había sido el primer hombre en franquear el Paso del Noroeste. La otra, una vez más británica, volvía a ser liderada por el capitán Scott.

Roald Amundsen utilizó como fuerza motriz perros groenlandeses. Scott,  en cambio, se valió de ponis en una primera etapa, y la propia fuerza humana en la segunda. Roald Amundsen alcanzó el Polo Sur el 14 de diciembre de 1911; Scott lo hizo el 17-18 de enero de 1912. Aunque los noruegos no tuvieron mayores complicaciones, la mala planificación, unida a la mala fortuna, hizo que los cinco expedicionarios británicos que habían alcanzado el Polo murieran en la travesía de regreso.

En 1914, Ernest Shackleton volvió a la Ántártida a bordo del Endurance, con la intención de atravesar a pie el continente helado. Sin embargo, la nave quedó atrapada entre los hielos del Mar de Weddell y tuvieron que escapar en dos botes hasta aguas abiertas.

Tras dejar a casi todos los expedicionarios en la isla Elefante, Shackleton y otros cinco hombres partieron a bordo del bote James Caird, que previamente habían reformado, y surcaron hacia el noreste el Mar del Scotia, rumbo a la isla Georgia del Sur, donde sabían que podrían encontrar ayuda.

Este notorio viaje, que pasaría a los anales de la historia por su dificultad, fue seguido de 36 horas de marcha a pie a través de las desconocidas montañas de la isla. Los supervivientes fueron rescatados de la isla Elefante el 30 de agosto de 1916, sin que se produjera ninguna baja.

Pero al margen de la conquista del Polo, fue otro expedicionario quien más aportó al conocimiento de la Antártida. Richard Evelyn Bird, un aviador estadounidense, que había sido el primer hombre en alcanzar los Polos Norte y Sur en un avión, realizó multitud de vuelos entre 1928 y 1955, en los que exploró desde el aire vastas zonas desconocidas de la Antártida. En 1934 invernó en solitario en una cabaña a 200 km de la base más próxima, con la intención de recoger mediciones y datos científicos.

Todos ellos fueron sorprendidos por la fauna que habitaba estas costas: ballenas baleen, orcas, focas de weddel, focas antárticas y distintas especies de pingüinos alimentadas por las ricas aguas antárticas.

El espectáculo natural sigue siendo una conquista para cualquier visitante. Este continente blanco permanece virgen e inhóspito.

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